¿Cuál es el origen del nombre 'empanada' y cómo llegó a Bucaramanga?
La empanada es un plato con una historia rica y un origen que se remonta a siglos atrás, mucho antes de su llegada a Bucaramanga.
Origen del Nombre 'Empanada'
El nombre "empanada" tiene un origen etimológico muy claro y descriptivo. Proviene del verbo castellano "empanar", que significa literalmente "encerrar algo en pan o en masa". Refleja perfectamente la esencia de este alimento: un relleno cubierto o envuelto por una capa de masa.
Se cree que las primeras formas de empanadas, o alimentos similares, se originaron en Persia y el Medio Oriente (como los "sambusas" o "samosas"), y fueron llevadas a la Península Ibérica por los árabes durante su expansión en el siglo VIII. Allí, en lo que hoy es España, estas recetas fueron adoptadas y adaptadas, dando origen a las empanadas europeas que se popularizaron en la Edad Media, especialmente en regiones como Galicia.
Cómo Llegó la Empanada a Bucaramanga
La empanada llegó a Bucaramanga (y al resto de Colombia) con los conquistadores españoles en el siglo XVI. Sin embargo, no llegó exactamente como se conocía en España, sino que experimentó una notable tropicalización y adaptación a los ingredientes y técnicas disponibles en el Nuevo Mundo:
- Adaptación de la Masa: La empanada española se hacía tradicionalmente con masa de trigo. Al llegar a América, el trigo era escaso y costoso, pero el maíz era un alimento básico y ancestral de las culturas indígenas. Así, la masa de las empanadas se transformó para usar harina de maíz, dando origen a la empanada frita y crujiente que conocemos hoy en Colombia.
- Rellenos Locales: Los rellenos también se adaptaron. Aunque los españoles trajeron la idea de rellenar con carne, los ingredientes locales como la papa y las técnicas de guisos con productos nativos (como la cebolla y el tomate adaptados al "hogao" criollo) se incorporaron, creando el sabor distintivo de la empanada colombiana.
- Influencia de Técnicas de Cocción: Algunos historiadores sugieren que la técnica de freír las empanadas (en lugar de hornearlas, que era más común en la empanada europea original) fue una contribución de las culturas africanas que llegaron al continente, lo que es fundamental para la textura de la empanada bumanguesa.
En Bucaramanga, la empanada se arraigó profundamente en la cultura culinaria santandereana. Se convirtió en un bocado popular y accesible, preparado en los hogares y vendido en puestos callejeros y plazas de mercado. La receta se transmitió de generación en generación, consolidando la empanada de carne y papa con masa de maíz como la más tradicional, y la empanada de yuca como una especialidad local muy querida, siempre acompañada del imprescindible ají fresco.
Así, lo que comenzó como un método para envolver alimentos en pan en el Viejo Mundo, evolucionó en las manos de las culturas indígenas, africanas y españolas para convertirse en la icónica empanada que hoy se disfruta en cada esquina y hogar de Bucaramanga.
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